¿Fuiste a Punta Cana? (Yo sí.)
Fuí hace un par de años pero no creo que haya cambiado mucho.
Personalmente nunca creí mucho en los folletos que te muestran las agencias de viaje
porque pensaba que las fotos eran trucadas: es IMPOSIBLE que exista un mar
con esos colores, que pueda haber arena tan blanca y tan finita (pensaba) y estaba
totalmente equivocado.
Claro que existe! Y eso es el comienzo nomás.
Lo primero que me llamó la atención apenas llegamos fué el aeropuerto: ¿Cómo?
¿es un quincho? ¡Tiene techo de paja! Y si: está hecho así para que, cuando hay
huracanes, lo único que tienen que hacer es ponerle el techo otra vez en caso que
se vuele y le sale mucho más barato que reconstruirlo todo.
Además no existen los cristales, por lo que tener una conversación cerca a la
pista es imposible por el ruido de los aviones.
Es alucinante hacer la fila para que te sellen el pasaporte con gente de casi todo el
mundo mientras un grupito de merengue toca al lado tuyo y te hace bailar (y pasar
verguenza) ahí mismo. Todos nos cagamos de la risa!
El trámite es rápido y ameno. En un rato ya estás arriba de la combi que te llevará al
hotel, y lógicamente irás disfrutando del paisaje con merengue de música de fondo.
Bah, de fondo no, porque ponen la músic al mango y te aseguro que no molesta!
Mientras el viaje transcurre, el chofer cuenta un poquito de la historia de Rep. Domini-
cana y de lo que vas viendo a medida que vamos llegando.
La tienen clara los dominicanos. Te aseguro que saben cómo tratar al turista, porque
no hay uno que no quiera volver. Desde la gente que trabaja en el aeropuerto, pasando
por la gorda de la aduana (una fenómena!) hasta el pibe de la combi, todos tienen la
mejor onda: Hablan por lo menos dos idiomas y siempre tienen una sonrisa.
Te tratan como si fueras amigo, no cliente.
En fin, llegamos al hotel.
Te darás cuenta que el hotel es un lujo. En mi caso elejí éste hotel, el Riu Palace
Macao, porque era el que en ese momento ofrecía más servicios. En Punta Cana,
la cadena Riú construyó varios hoteles que se intercomunican compartiendo un
predio impresionante lleno de jardines tropicales y caminitos que se pierden a
lo largo de la playa.
Es normal que la mayoría de los hoteles en P. Cana ofrezcan el servicio All Inclusive.
Podés comer y tomar de todo salvo vinos importados, pero te aseguro que ni te vas
a acordar del vino ya que hasta champagne podés tomar.
En la habitación tenés un frigobar con todo lo que se te ocurra y encima en la
pared tenés un dispenser con botellas grandes por si no te alcanza lo de la
heladerita. Nunca te va a faltar agua mineral, gaseosas, ron, whisky,tequila, jugos,
etc,etc,etc.
Y la comida es un tema aparte. Para hacerla corta te cuento que yo desayunaba
café c/leche (te traen un termo con café y uno con leche para vos solo) con
omelette o con huevos revueltos y tocino. Eso para arrancar.
En las instalaciones del hotel tenés varios restaurantes, snack bar y hasta
un barcito en la playa para pedir tragos durante el día.
Foto del barcito de la playa:
A la hora de la cena no está mal vestirse onda elegante sport ( no se aconseja
el uso de bermudas) y disfrutar de la velada. Por lo general mientras comés siempre
hay algún grupo de mariachis o show por el estilo.
Podés comer casi todo lo que se te ocurra:Pastas, carnes, pescados (hasta caviar),
comida tradicional dominicana... de todo. Y siempre, pero siempre el mozo te va a
atender como si fueras el príncipe de Dubai aunque le preguntas la boludez más
grande del mundo.
El complejo Hotelero Riú tiene un anfiteatro al aire libre (claro) increíble donde hacen
shows para los residentes todas las noches, y también un teatro con esas típicas
mesitas con veladores para eventos.
En mi caso se elijió Miss Riú y fuí jurado invitado!!!!
No se olviden de ir a la disco Pachá del hotel. Pasan música para joder y es
realmente muy divertida! Van casi todos los que se hospedan en los hoteles y no
tienen ganas de salir del complejo, aparte de la mayoría de los empleados.
Me hice amigo de los bailarines y bailarinas del hotel y me cagué de la risa con ellos!
Tip: En la disco tenés que pagar los tragos. LLevate un par de botellas vacías de la
habitación de agua mineral y cargalas con lo que te guste tomar.
Es más: Si te ven no te dicen nada...
Pues bien, si das por hecho que el lugar en sí es alucinante, que la atención de la
gente es inmejorable, y que el mar y la arena de Punta Cana son de ensueño,
a eso sumale la onda de la gente.
Te aseguro que te tratan hiper-bien y son tan respetuosos y serviciales que hasta
te da verguenza pedirles algo, jajaja! En la pileta del hotel apenas salís del agua,
ya hay alguien que te está alcanzando una (esponjosa y delicadamente suave)
toalla para vos al tiempo que te ofrece un trago o algo para picar. Eso como ejemplito.
La gente de animación es un cago de la risa y siempre te convencen para ser parte
de algunas de las (muchas) actividades diarias en las que todos ganamos por lo
menos un par de botellas de ron ó vitamina R como le dicen allá.
Para terminar les cuento que el último día de estadía me guardaron las valijas en el
depósito y casi me obligaron a disfrutar un par de horas más de playa prestándome
una habitación que no se había ocupado para poder cambiarme y finalmente tomar
el avión después del último chapuzón.
¿Cómo no voy a querer volver?
Después les cuento de las excursiones que hice y de cómo pasé algunas tardes
dándome el lujo de tomar mate en Punta Cana.
Saludos.
Personalmente nunca creí mucho en los folletos que te muestran las agencias de viaje
porque pensaba que las fotos eran trucadas: es IMPOSIBLE que exista un mar
con esos colores, que pueda haber arena tan blanca y tan finita (pensaba) y estaba
totalmente equivocado.
Claro que existe! Y eso es el comienzo nomás.
Lo primero que me llamó la atención apenas llegamos fué el aeropuerto: ¿Cómo?
¿es un quincho? ¡Tiene techo de paja! Y si: está hecho así para que, cuando hay
huracanes, lo único que tienen que hacer es ponerle el techo otra vez en caso que
se vuele y le sale mucho más barato que reconstruirlo todo.
Además no existen los cristales, por lo que tener una conversación cerca a la
pista es imposible por el ruido de los aviones.
Es alucinante hacer la fila para que te sellen el pasaporte con gente de casi todo el
mundo mientras un grupito de merengue toca al lado tuyo y te hace bailar (y pasar
verguenza) ahí mismo. Todos nos cagamos de la risa!
El trámite es rápido y ameno. En un rato ya estás arriba de la combi que te llevará al
hotel, y lógicamente irás disfrutando del paisaje con merengue de música de fondo.
Bah, de fondo no, porque ponen la músic al mango y te aseguro que no molesta!
Mientras el viaje transcurre, el chofer cuenta un poquito de la historia de Rep. Domini-
cana y de lo que vas viendo a medida que vamos llegando.
La tienen clara los dominicanos. Te aseguro que saben cómo tratar al turista, porque
no hay uno que no quiera volver. Desde la gente que trabaja en el aeropuerto, pasando
por la gorda de la aduana (una fenómena!) hasta el pibe de la combi, todos tienen la
mejor onda: Hablan por lo menos dos idiomas y siempre tienen una sonrisa.
Te tratan como si fueras amigo, no cliente.
En fin, llegamos al hotel.
Te darás cuenta que el hotel es un lujo. En mi caso elejí éste hotel, el Riu Palace
Macao, porque era el que en ese momento ofrecía más servicios. En Punta Cana,
la cadena Riú construyó varios hoteles que se intercomunican compartiendo un
predio impresionante lleno de jardines tropicales y caminitos que se pierden a
lo largo de la playa.
Es normal que la mayoría de los hoteles en P. Cana ofrezcan el servicio All Inclusive.
Podés comer y tomar de todo salvo vinos importados, pero te aseguro que ni te vas
a acordar del vino ya que hasta champagne podés tomar.
En la habitación tenés un frigobar con todo lo que se te ocurra y encima en la
pared tenés un dispenser con botellas grandes por si no te alcanza lo de la
heladerita. Nunca te va a faltar agua mineral, gaseosas, ron, whisky,tequila, jugos,
etc,etc,etc.
Y la comida es un tema aparte. Para hacerla corta te cuento que yo desayunaba
café c/leche (te traen un termo con café y uno con leche para vos solo) con
omelette o con huevos revueltos y tocino. Eso para arrancar.
En las instalaciones del hotel tenés varios restaurantes, snack bar y hasta
un barcito en la playa para pedir tragos durante el día.
Foto del barcito de la playa:
A la hora de la cena no está mal vestirse onda elegante sport ( no se aconseja
el uso de bermudas) y disfrutar de la velada. Por lo general mientras comés siempre
hay algún grupo de mariachis o show por el estilo.
Podés comer casi todo lo que se te ocurra:Pastas, carnes, pescados (hasta caviar),
comida tradicional dominicana... de todo. Y siempre, pero siempre el mozo te va a
atender como si fueras el príncipe de Dubai aunque le preguntas la boludez más
grande del mundo.
El complejo Hotelero Riú tiene un anfiteatro al aire libre (claro) increíble donde hacen
shows para los residentes todas las noches, y también un teatro con esas típicas
mesitas con veladores para eventos.
En mi caso se elijió Miss Riú y fuí jurado invitado!!!!
No se olviden de ir a la disco Pachá del hotel. Pasan música para joder y es
realmente muy divertida! Van casi todos los que se hospedan en los hoteles y no
tienen ganas de salir del complejo, aparte de la mayoría de los empleados.
Me hice amigo de los bailarines y bailarinas del hotel y me cagué de la risa con ellos!
Tip: En la disco tenés que pagar los tragos. LLevate un par de botellas vacías de la
habitación de agua mineral y cargalas con lo que te guste tomar.
Es más: Si te ven no te dicen nada...
Pues bien, si das por hecho que el lugar en sí es alucinante, que la atención de la
gente es inmejorable, y que el mar y la arena de Punta Cana son de ensueño,
a eso sumale la onda de la gente.
Te aseguro que te tratan hiper-bien y son tan respetuosos y serviciales que hasta
te da verguenza pedirles algo, jajaja! En la pileta del hotel apenas salís del agua,
ya hay alguien que te está alcanzando una (esponjosa y delicadamente suave)
toalla para vos al tiempo que te ofrece un trago o algo para picar. Eso como ejemplito.
La gente de animación es un cago de la risa y siempre te convencen para ser parte
de algunas de las (muchas) actividades diarias en las que todos ganamos por lo
menos un par de botellas de ron ó vitamina R como le dicen allá.
Para terminar les cuento que el último día de estadía me guardaron las valijas en el
depósito y casi me obligaron a disfrutar un par de horas más de playa prestándome
una habitación que no se había ocupado para poder cambiarme y finalmente tomar
el avión después del último chapuzón.
¿Cómo no voy a querer volver?
Después les cuento de las excursiones que hice y de cómo pasé algunas tardes
dándome el lujo de tomar mate en Punta Cana.
Saludos.
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